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Os suenan estas frases: “Este es mi macho y en el me monto”, “Genio y figura, hasta la sepultura”. Pues una creencia puede ser considerada un Paradigma y a partir de ahí “siempre seré el mismo”…

Antes de entrar en materia quiero definir la palabra PARADIGMA. En Psicología se refiriere a aceptaciones de ideas, pensamientos, creencias incorporadas generalmente durante nuestra primera etapa de vida (o en cualquier momento de nuestra vida) que se aceptan como verdaderas o falsas sin ponerlas a prueba de un nuevo análisis.

En ocasiones estas creencias se forma poco a poco hasta hacerse inmodificables. “Soy un desastre de alumno, nunca voy a pasar la carrera”. Pues bien, este alumno ha llegado a esa creencia que ha incorporado tan bien que es verdadera, sin tratar de ponerla a prueba.

De esta manera paradigma y creencia vendrían teniendo un uso similar. Nuestras emociones están inextricablemente unidas. Sin embargo, si las sometemos a prueba nos enteraremos que son modificables. Una persona puede hacerlo, y de hecho lo hace, y por lo tanto nunca la vemos aparecer en las consultas de psicología. Sin embargo otras tienen dificultades y conducen a sentimientos de ansiedad, depresión y muchos más.

Veamos con se forman estas creencias con el siguiente vídeo:

Al final de este experimento los monos se pelean sin entender el por qué de la conducta.

Ahora aterricemos desde el vídeo a nuestra vida diaria. En vuestras familias podéis ver comportamientos que no comprendemos y que no nos permiten estar a gusto. Muchas veces nos preguntamos dónde fallamos, sin embargo, esto nunca es fácil de contestar. Una madre que tiene un hijo que se droga puede preguntarse “dónde fallé”, y luego tener la creencia de “Soy una mala madre” y posteriormente “sentirse triste o frustrada”.

Las creencias, creencias son, y por lo tanto se pueden someter a pruebas, y estas pueden derivar en conclusiones distintas y por lo tanto sentimientos distintos.

Todas las personas podemos cambiar, y yo lo creo firmemente, de lo contrario no hubiese estudiado mi profesión. Dice el conocido dicho “nadie se baña dos veces en el mismo río”, pues el rió cambia. Yo le agrego a ese dicho que en “Nadie se baña dos veces en el mismo río, porque el río no es el mismo y la persona no es la misma.