Fueron 3.662 adultos británicos de mediana edad, mayores de 50 años los que participaron en el estudio English Longitudinal Study of Aging. Este estudio valoró datos de envejecimiento cerebral y tenía como objetivo explorar la asociación entre ver televisión y la capacidad cognitiva seis años más tarde.

Los participantes en el estudio reportaron el número de horas que veían televisión al día y se les hicieron pruebas entre los años 2008 y 2009, para repetírselas posteriormente entre los años 2014 y 2015. Se tomaron en cuenta factores que podían alterar los resultados, como el nivel socioeconómico, depresión, salud física, conductas saludables y diversas conductas sedentarias.

Los resultados fueron sorprenentes

Las personas que veían menos de 3,5 horas de televisión al día no parecieron sufrir deterioro cognitivo alguno, pero por encima de esa cantidad, las personas mostraban más problemas con las palabras o el lenguaje en las pruebas realizadas seis años más tarde. Los peores déficits ocurrieron en aquellos individuos que veían más de siete horas de televisión al día.

Según los autores, debido al ritmo rápido de cambios en las imágenes, los sonidos, la acción, y la naturaleza pasiva de recibir información conducía a un cerebro más alerta pero menos enfocado, además contenidos televisivos también resultan estresantes, y el estrés se ha asociado con un declive en la potencia cerebral.

¿Conclusión?

Este estudio sugiere que la recomendación diaria de nuestros padres tiene mucho de sentido común y sentido científico. Más ahora, que la televisión tiende a ser un “chupete” de entretenimiento basura que nos desenfoca, nos mantiene aletargados y nos merma nuestra capacidad de palabra. Vean menos televisión y socialicen más. ¡Cuánta razón tenían nuestros padres!

REFERENCIAS:

Fancourt, D.; Stepoe, A. (2019). Television viewing and cognitive decline in older age: findings from the English Longitudinal Study of Ageing. Scientific Reports 9(1):2851.

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