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¿CÓMO EXPLICAR EL DIVORCIO A LOS HIJOS?

Contestar esta pregunta es tan difícil como llevar a cabo su contenido, sin embargo, si seguimos algunos aspectos fundamentales podemos hacer frente a esta difícil situación.

Después del divorcio, un niño no tiene por qué ser conflictivo. Antes que nada, hay que aceptar que se haga lo que se haga, esto va a tener un impacto, de manera que el objetivo es haciéndolo de tal forma que sea mas “llevadero” para el niño.

¿Cómo explicar la ruptura?
No existe un discurso hecho a priori, sin embargo habría que considerar lo siguiente.

1) El divorcio es cosa de dos, por lo que se debe presentar al niño como una decisión conjunta: hay que compartir la responsabilidad de informar conjuntamente a los hijos. Hablar por turnos en un tono sereno y seguro, una discusión en esos momentos no ayuda a informar bien. Si, por la forma en que ocurrió la separación, no es posible que se lo comuniquen juntos, se puede hacer por separado, tomando en consideración que ambos den la misma versión.

2) Ya que el divorcio es cosa de dos, con sus respectivos motivos y emociones, es conveniente no informar al niño de los conflictos de fondo, o lo que es lo mismo, los motivos que llevaron a los padres a la separación. Lo peor que se puede decir es algo como “tu padre se echó una novia y por eso se va”. El asunto está en aproximarse a la verdad sin entrar en los pormenores: preguntarse antes ¿qué quiero conseguir con la información que le estoy dando a mi hijo?”.

3) Que quede claro que el niño no tiene nada que ver con la separación. Los niños tienen una imaginación inimaginable y pueden montarse una gran cantidad de historias, hasta pensar que sus padres se separaron por ellos. Es por eso que no está de más repetir una u otra vez que ellos no son culpables de la ruptura, y decir que la separación es porque “tu madre y yo nos separamos porque ya no nos queremos, pero tu no tienes la culpa, te queremos igual”.

4) El contexto no debe ser un teatro, en ningún momento se deben tomar actitudes victimistas ni dramáticas. Se debe transmitir serenidad y que la decisión es definitiva y que quede claro que no puede hacer nada para cambiar la situación. El escenario que se debe plantear es que en la pareja no hay víctimas ni culpables, ni que uno es bueno y el otro malo.

5) Plantearlo claro. Por ejemplo “papá y mamá ya no vamos a vivir juntos, pero vais a seguir viéndonos a los dos porque los dos te queremos, vais a seguir teniendo todo nuestro cariño, y esta decisión no tiene nada que ver contigo, no es culpa tuya.

6) Dejar que el niño exprese su malestar. Si llora, consolarlo; si se pone triste abrazarlo y decirle cuanto lo quieren. No dejar que el niño manifieste su emociones no ayuda.

Para terminar he de repetir que no es un momento agradable, pero si necesario y sumamente importante. La separación de los padres es un asunto serio y el efecto psicológico en la salud mental del niño está en la calidad de las relaciones padre-hijo y madre-hijo, lo fundamental es la calidad de la relaciones entre los intervinientes.