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En muchas psicoterapias trabajamos con aquellas molestias que dificultan nuestra vida. Se puede hacer de varias maneras, desde la búsqueda de traumas inconscientes o descubrir maneras de pensar erróneas. Sin embargo, existen psicoterapias que trabajan a partir de fortalezas, recursos personales, anhelos y valores. El planteamiento general de este tipo de terapias es: “Conocer el problema o la dificultad está bien y ayuda, sin embargo, intentar cambiarlo y solucionarlo es mejor”.

 

Para algunas personas, el hecho de hacer hincapié continuamente sobre el problema puede ser un fastidio, así como llevar registros de pensamientos, acciones y sentimientos negativos. A estas personas se les propone en cambio, centrarse en la solución. A través de esta técnica, logramos alcanzar los anhelados “logros extraordinarios”. Un logro extraordinario es aquella situación en la cual se esperaba que apareciera la dificultad y no ocurrió. Estos logros no siempre son percibidos y es trabajo del terapeuta descubrirlos y estudiar con la persona qué hizo diferente, qué condiciones se dieron para que fuera diferente, qué recursos personales puso en práctica, quienes colaboraron para que ello ocurriera, que valores personales o familiares favorecieron su aparición, o incluso qué dejó de hacer que permitió que sucediese.

 

A partir de los logros extraordinarios se van deshilando las dificultades y proponiendo avances de sesión en sesión. De esta manera, la persona se siente dueña de su propio cambio y partícipe de su propia mejoría. Basamos el proceso de la terapia en el descubrimiento conjunto, en el que el terapeuta y la persona se involucran en la solución; una solución acorde a sus deseos, anhelos, valores, sueños e identidad.