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Para la mayoría de las personas la experiencia de no dormir bien se lleva muy mal ya que la falta de sueño y sus consecuencias durante el día son desagradables. Se estima que al menos uno de cada diez adultos sufre una alteración grave y persistente del sueño y si nos fijamos en los adultos de mayor edad, esto ocurre en uno de cada cinco. El Insomnio aparece tanto en problemas médicos como en psiquiátricos.

Es frecuente que se utilice el alcohol como una estrategia para conciliar el sueño, el automedicarse o técnicas de autoayuda, y que finalmente la persona se sienta frustrada y atrapada en un círculo vicioso de ansiedad y no dormir bien, sintiéndose que ya lo ha intentado todo.

La evaluación de este problema debe pasar por encontrar cuál es la causa de base, tomar en cuenta la medicación que está tomando, su hábitos durante el día, enfermedades médicas que causan insomnio como la apnea obstructiva del sueño o el síndrome de las piernas inquietas e igualmente, un amplio abanico de enfermedades psiquiátricas en particular los trastornos depresivos y de ansiedad, que conllevan asociado un trastorno del sueño.

Durante el sueño el cuerpo activa la producción de hormonas que ponen a los seres humanos en un estado de crecimiento y permiten la recuperación y la curación de los músculos y tejidos.
Un insomnio crónico puede originar problemas de memoria, de razonamiento lógico y de la concentración, compromete el sistema inmunológico, tristeza e irritabilidad, y un aumento del riesgo de padecer tensión arterial alta, diabetes y aumento del peso.

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